Alejandra Boni 1 en representación de la Red Multibien 2

La Red Multibien la componen 14 grupos de personas que desarrollan su labor docente e investigadora en relación con las organizaciones y los colectivos sociales. Es una Red financiada por el Programa Iberoamericano CYTED (Ciencia y Tecnología para el Desarrollo).

A las integrantes de la Red les interesa (y les preocupa) qué tipo de relaciones se establecen entre la universidad y la sociedad y cómo estas relaciones pueden contribuir a la mejora del bienestar y la calidad de vida de las personas. Durante dos años (2017-2019), la Red Multibien (que cuenta con personas de Uruguay, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, España y Portugal) ha llevado a la práctica, junto con los colectivos sociales, 15 experiencias de co-producción de conocimiento en los 7 países.

Durante la celebración de la segunda reunión de la Red Multibien, en Medellín del 15 al 18 de octubre de 2019, las integrantes de la Red reflexionamos sobre las experiencias de co-producción de conocimiento y su contribución al bienestar. Estas reflexiones fueron compartidas y enriquecidas en un encuentro con organizaciones comunitarias de la ciudad de Medellín.

La Red continuará profundizando en estas cuestiones en los dos años que quedan aún de funcionamiento de Multibien. Aún así, nos gustaría compartir con las personas interesadas estos primeros análisis, esperando que sean de utilidad para aquellas personas que, como nosotras, les interesa cómo co-producir un conocimiento pertinente socialmente y que pueda mejorar la calidad de vida de las personas. Cualquier comentario y sugerencia es bienvenida.

¿Cómo nuestras experiencias han contribuido al bienestar y de quién?

Podemos entender el bienestar (o buen vivir, vivir bien o la vida buena) de forma integral; su análisis comprende tanto los factores que lo limitan como los aspectos positivos. Entre los factores condicionantes destacan las problemáticas, los déficits o las privaciones. Entre los aspectos positivos se encuentran las ventajas, las fortalezas y las aspiraciones de las personas y de las organizaciones.

Por otro lado, hemos podido observar como las iniciativas realizadas en el marco de la Red Multibien han tenido efectos y contribuciones en el bienestar en cuatro ámbitos: 1) en el de las personas participantes; 2) en sus comunidades; 3) en el entorno medioambiental y 4) en la universidad.

En primer lugar, en el aspecto personal, las contribuciones al bienestar pueden verse en el valor que las personas dan a la adquisición de nuevos conocimientos que empodera a las personas participantes; asimismo, se percibe la importancia de sentirse valoradas, escuchadas, no sólo en sus problemas sino además en sus aspiraciones, sus fortalezas, sus formas de ver y entender el mundo y sus propias ideas y concepciones del bienestar. Aparece el refuerzo de la autoconfianza, de la autoestima y de nuevas conexiones con su entorno social. Se señala como una aportación positiva la construcción de la identidad y de conciencia política.

En segundo lugar, por lo que se refiere a  las contribuciones de las experiencias de la Red Multibien al ámbito local, en particular al de las comunidades, se señala la importancia de los resultados de las investigaciones para apoyar, de una manera argumentada, las aspiraciones y propuestas de las organizaciones sociales.

También, en el ámbito comunitario, se destaca el fortalecimiento de las relaciones para los proyectos comunes y del tejido social; asimismo, se valora la construcción o reconstrucción de la historia común, el refuerzo de las identidades del territorio, la promoción de la cultura local, de las vivencias y experiencias conectadas con el entorno social, ambiental y ancestral.

En tercer lugar, cabe señalar que las contribuciones a lo local permiten las interconexiones con el entorno global, sobre todo en el aspecto medioambiental. Así, en la apropiación de espacios verdes y culturales y de la concienciación ambiental, se comprenden los problemas, las oportunidades y las fortalezas de una nueva conexión – o reconexión – con la naturaleza desde nuevos puntos de vista. Estas contribuciones al entorno social y ambiental hacen emerger nuevos significados de lo que entendemos por desarrollo.

Por último, existen contribuciones al bienestar en la universidad. Se destacan aprendizajes que llevan a transformaciones del rol de los y las académicas, de sus formas de relación y de producción de conocimiento. Por otro lado, las experiencias ilustran la posibilidad de pensar una universidad mucho más pertinente y relevante socialmente, abierta y en diálogo con la sociedad.

¿Qué prácticas de co-producción de conocimiento valoramos?

Se concibe la co-producción no sólo como estrategia metodológica sino como enfoque y posicionamiento ético y político. Esto implica:

  • La re-significación de las prácticas académicas a partir de la interacción con las comunidades (se modifican metodologías, enfoques, planes de estudio, contenidos curriculares, etc.).
  • La superación de las barreras disciplinarias y la co-producción de un conocimiento de carácter transdisciplinar, esto es, generado mediante un diálogo de saberes entre todas las personas participantes, académicas y no académicas.
  • La democratización del conocimiento como posibilidad de apropiación social del conocimiento; las personas son “expertas” en el conocimiento de su vida, de sus aspiraciones, deseos y problemáticas.
  • La co-producción de un conocimiento centrado en las personas, en su contexto y realidad histórica. En este análisis, también es relevante observar cambios en los patrones de las relaciones local-global.
  • El poner en el centro a las personas participantes más allá de las instituciones que representan, fortaleciendo así las relaciones y el vínculo entre las mismas.

En relación con los procesos de co-producción de conocimiento, valoramos metodologías que sean horizontales y participativas como los círculos de palabras, la cartografía social, la investigación-acción participativa, etc.  En todas ellas han de generarse espacios de encuentro y diálogo, donde se construyan lenguajes comunes y se den dinámicas en las cuales todos y todas tengan voz. Esta manera de co-producir conocimiento también implica llegar a acuerdos, reconocer disensos, conciliar expectativas comunes para poder desarrollar proyectos conjuntos.

Hemos observado que esto implica de-construir roles pre-establecidos (como el de quién es la persona “experta”) y estar atentas a las relaciones de poder. Sin ello, es difícil que puedan darse  procesos reales de co-construcción y difusión colaborativa del conocimiento.

¿Qué factores de las relaciones universidad-sociedad están potenciando el bienestar?

Para promover el bienestar resulta fundamental construir espacios de confianza entre los diferentes actores: Universidad, organizaciones, instituciones, ciudadanos/as. Estos espacios de confianza se van haciendo a partir de las relaciones continuas y procesos de largo plazo que se dan en los territorios, pero que también puedan darse en otros lugares (otros espacios de la ciudad, la universidad). Es ahí en donde se van conociendo los problemas, desde las distintas miradas de las personas, se identifican las necesidades, las aspiraciones, las fortalezas y las posibles soluciones que podemos construir en conjunto.

¿Qué barreras identificamos?

En estas relaciones se dan distintas barreras como, por ejemplo,:

  • Los tiempos institucionales de las Universidades no acompañan los tiempos de las comunidades y los problemas.
  • Los procedimientos burocráticos que limitan las posibilidades de realizar acciones diferentes e innovadoras.
  • Los recursos económicos  escasos que pueden retrasar o limitar el trabajo y también reducir la permanencia de los equipos en el territorio.
  • Las diferentes expectativas e intereses de las  personas participantes que, de no ser explicitadas y negociadas, pueden obstaculizar la relación.

Las relaciones de poder que están insertas en nuestras estructuras (como las que caracterizan el patriarcado, el etnocentrismo o el neoliberalismo) y que son en las que se desarrollan las relaciones.

¿Qué aprendizajes reconocemos?

Pero también las relaciones entre la universidad y la sociedad producen muy valiosos aprendizajes. Por ejemplo:

i. Las capacidades de diseñar y mejorar las metodologías de trabajo que permitan recoger y co-construir conocimiento a partir de las ideas y perspectivas de todas las personas involucradas.

ii. La importancia de “tocar” y sentir el territorio que se da a partir de una inmersión real.

iii. Las capacidades de leer y adaptarse a diferentes contextos sociales que transitan por distintos problemas y que es necesarios tener en cuenta al momento de pensar el trabajo en conjunto.

iv. La importancia de las prácticas de diálogo entre diferentes personas que permite reconocer nuevas miradas de los problemas y que mejora los resultados a los que puede llegarse.

v. La transformación de nuestras formas de pensar y hacer.

Generar estos procesos de aprendizajes, permite acercarnos y potenciar las capacidades de todas las personas reconociendo los diferentes aportes. Para la Universidad esto es fundamental ya que promueve una mayor conexión con los problemas locales, generando soluciones desde distintas perspectivas.

¿Cómo debería concebir la Universidad su rol en la potenciación del bienestar?

La universidad tiene el compromiso de trabajar para abordar los diversos problemas locales. Para esto debe conectarse y ayudar a conectar a los diferentes actores: sector público, organizaciones de la sociedad civil y la economía social y el sector privado.

También debe fomentar políticas dentro de la Universidad que estén orientadas hacia el contexto en el cual se encuentra y los problemas y oportunidades que surgen de este. Para esto ha de promover un acceso más amplio y equitativo, abrir sus puertas y salir al territorio para estimular un espacio de diálogo y encuentro entre diversos actores reconociendo los problemas, desde sus propias miradas, y buscar en conjunto las mejores formas para abordarlos y su resolución.

Por otro lado, la Universidad debe alejarse de un enfoque exclusivamente mercantilista y estimular permanentemente prácticas integrales que involucran actividades de docencia, investigación y extensión, en donde cada una de estas se retroalimenta con los aportes que generan. De esta manera, la formación de los y las estudiantes se conecta de manera más directa con los problemas locales, la investigación se orienta a responder y generar conocimiento de problemas que afectan a diferentes colectivos y la extensión estimula el encuentro entre Universidad y distintos actores.

También resulta fundamental documentar los procesos que ya se vienen dando entre comunidades y la universidad para darlos a conocer, utilizarlos para estimular nuevas vinculaciones, ampliar la participación de otros actores  y promover estas prácticas dentro de la Universidad.  Esto implica también que han de cambiar los sistemas de evaluación y de incentivos de la actividad académica poniendo en valor todas las acciones necesarias para este tipo de co-producción de conocimiento.


[1] Coordinadora de la Red Multibien (aboni@ingenio.upv.es).

[2] http://www.cyted.org/es/multibien. Twitter:@multibien1.

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