Andrea de Buen 1, Claudia Escobar 2, Miguel Escobar 3, Valeria Gil 4, Cora Jiménez 5, Noemí Mejía 6, Fernanda Navarro 7, Mayra Silva 8 & Merary Vieyra 9
“Humanización y deshumanización, dentro de la historia,
en su contexto real, concreto, objetivo, son posibilidades
de los hombres [y mujeres] como seres inconclusos
y conscientes de su inconclusión.“
Paulo Freire
De 1997 – con la muerte de Paulo – a 2018 la historia actual de la violencia nos sigue confrontando cotidianamente con situaciones límites de crueldad y deshumanización generadas y sostenidas por una globalización neoliberal que, sin importar el dolor y la sangre derramada, continúa con el despojo, la represión, la discriminación, la explotación y el olvido en que han condenado a la mayor parte de la población mundial. Todo ello, acompañado tanto de la “sombra del opresor” que nos aliena, como de la agresión a la Madre Tierra, mientras los dueños del capital siguen enriqueciéndose, ejerciendo su crimen social y ecológico.
“El problema radica en cómo podrán los oprimidos,
como seres duales, inauténticos, que ‘alojan’ al opresor en sí,
participar en la elaboración de la Pedagogía para su liberación.
Sólo en la medida en que se descubran ‘alojando’ al opresor
podrán contribuir a la construcción de su Pedagogía de la liberación.”
Paulo Freire
El 28 de octubre es un día trágico para Brasil y América Latina en especial. La ultraderecha ganó las elecciones como fruto, entre otras múltiples causas, de políticas y gobiernos neoliberales que han descompuesto la capacidad de razonar del ser humano. El rompimiento de los tejidos sociales ha llegado a su extrema manifestación y, sin rumbo, la sociedad parece deambular traicionada por los dueños del capital y se refugia y acepta el autoritarismo para supuestamente salir, o encontrar alivio, a una violencia sin tregua de quienes tienen el control de los medios de producción capitalista.
Paradójicamente la tierra de Paulo Freire resulta, entonces, un síntoma que nos confronta con la “cultura del silencio” desde donde podríamos entender lo que está pasando en el mundo. A casi 50 años de que apareció la Pedagogía del oprimido (1969), las relaciones de opresión, centro de la praxis freiriana, nos invitan a actualizar la Pedagogía de la liberación. El análisis de las relaciones de opresión es un proceso que ha de llevar a la concientización, a aprender a leer la realidad del capitalismo de guerra, salvaje, para pronunciar nuestro mundo, o sea, conocer, entender y transformar dichas relaciones de opresión. En términos zapatistas, una vez conocido el criminal y sus crímenes, hemos de organizar resistencias contra la Hidra Capitalista.
Los espacios educativos son una ventana, un termómetro sociopolítico donde Freire fue desarrollando sus estudios prácticos y teóricos. En la educación popular y en la Pedagogía total (que incluye diversas experiencias formativas escolarizadas y no escolarizadas), los procesos y relaciones educativas permiten identificar y entender las distintas formas en que el ser humano se configura como sujeto social e histórico; siendo el acto educativo un acto de conocimiento y un acto político. Por ello, que estudiar la relación entre Autoridad y Libertad sea de gran importancia.
La autoridad que aplasta la libertad es autoritarismo, decía Freire, de la misma forma que la libertad que aplasta la autoridad se convierte en libertinaje, esta fue una de las grandes aportaciones freirianas para el estudio de las relaciones educativas. En la actualidad, en la propuesta educativa de quienes escribimos este texto, hemos comprendido que cuando se abren las puertas del autoritarismo se pueden desatar perversiones como el filicidio, el parricidio y el fratricidio. De manera semejante, el libertinaje puede caer en perversiones como el parricidio, el fratricidio y el suicidio. Pese a esto, creemos que es posible una educación en donde se respeten la autoridad del educador o educadora y la libertad de estudiantes, pero el educador tiene que construir su autoridad desde la organización colectiva y responder a ella, mandar obedeciendo como dicen los y las zapatistas.
La “cultura del silencio” en donde nos ha arrinconado el neoliberalismo, puede ser expresión – como sucede en Brasil en este momento, pero también en muchos otros países europeos – de alienación total. En términos freirianos, la “sombra introyectada del opresor” impide tener un pensamiento claro, porque impone en el ser humano un pensamiento dualista, binario: de bien y mal, bueno y malo. Las y los oprimidos se identifican con el opresor.
Es difícil pero no imposible seguir hablando, como Freire lo hacía, de sueños y utopías. La rabia justa de los y las oprimidas puede confundir el camino y pensar que los opresores, los capataces, son la salida a una realidad incambiable y que, sólo bastaría, acomodarse a los designios de la opresión para sacar el mejor provecho individual. El individualismo es la herencia de haber convertido al ser humano en mercancía desechable e intercambiable.
“La ‘cultura del silencio’ que se genera en la estructura opresora,
y bajo cuya fuerza condicionante realizan su experiencia
de ‘objetos’ necesariamente los constituye de esa forma.”
Paulo Freire
Pero las luchas sociales, las resistencias a la Hidra Capitalista, las alegres rebeldías, permiten que al aula también entren sus aromas y que se pueda seguir sembrando y cosechando la capacidad del ser humano para leer y transformar la realidad de opresión. Aprender a pensar la práctica, convirtiéndola en praxis, exige tener una brújula para no equivocar el camino. En México esa brújula, nunca como vanguardia ni como liderazgos, la tenemos en las comunidades zapatistas como ejemplo de lucha y autonomía organizada desde abajo, para quienes es imposible humanizar a tal Hidra y por tanto es necesario destruirla.
Freire sabía que los trabajos para construir autonomías exigen la esperanza, no en la pura espera, sino en la lucha cotidiana construyendo lo que hoy denominamos redes de solidaridad. Pero no es fácil romper con el miedo a la libertad, es más fácil someterse al tirano y dejar en sus manos la autoridad autoritaria que, como hoy sucede en el mundo, con líderes políticos como Trump o Bolsonaro que abren las puertas al odio, la venganza, y promueven la violencia contra el diferente, el fratricidio. La violencia opresora nos convierte en víctimas y aceptamos fácilmente el castigo divino que es lo que también vehiculan las sectas y religiones fundamentalistas que ejercen su poder para acallar la desesperanza.
“El miedo a la libertad del cual se hacen objetos los oprimidos,
miedo a la libertad que tanto puede conducirlos a ser opresores
también, cuando puede mantenerlos atados al ‘status’ del oprimido
es otro aspecto que merece también nuestra reflexión.”
Paulo Freire
El Brasil de hoy nos invita a no callar en nuestros espacios que buscan procesos de emancipación, sin importar si son pequeños o grandes. La migración y la marcha de migrantes centroamericanos desplazados/as que hoy con su dolor y miseria recorren a México en búsqueda de refugio, es también un espacio de lucha y liberación. Sabemos, sin embargo, de los límites de la praxis freiriana – ninguna teoría basta para contener una única lectura de la realidad – pero como nos han enseñado las comunidades zapatistas, sus procesos educativos siguen siendo Freirianos desde sus orígenes.
Otro aporte esencial de la praxis de Freire es su crítica a la educación bancaria, narrativa, donde las y los educandos, son convertidos en objeto del discurso del educador/educadora. Donde el único que sabe es el educador o la educadora y donde no es posible un acto dialógico en torno al texto y contexto del proceso que se está desarrollando. Es decir, la crítica a la educación definida por Freire como bancaria sigue siendo – aunque distinta – vigente y necesaria. La educación bancaria hizo posible ubicar a cabalidad la forma en que la educación en tanto proceso educativo y político se articula como práctica capitalista, racista y autoritaria.
Consideramos que la Pedagogía del Oprimido sigue vigente y con ella la “sombra del opresor” que deja ver cada vez más su estratégica voracidad tanática; sin embargo, ni un paso atrás en la denuncia y señalamiento del criminal y sus crímenes. Somos lo que históricamente hemos edificado con la posibilidad de la inconclusión que nos invita a la reinvención de la lucha: diversas formas de empuñar la esperanza en un mundo más justo y más humano. Pero sin olvidar que, como lo señalaba Freire, tenemos que hacer lo posible de hoy para prepararnos a realizar lo imposible del mañana.
Freire seguirá siendo un referente esencial para entender los procesos educativos como actos políticos, la perversión de las relaciones de opresión, la amorosidad, las utopías y la educación liberadora. Podemos estar a favor o en contra de Freire pero no sin él.
“En verdad, por paradójico que pueda parecer, es en la
respuesta de los oprimidos a la violencia de los opresores
donde encontraremos el gesto de amor.”
Paulo Freire
[*] Este texto foi originalmente disponibilizado online em desinformémonos.org a 6 de outubro de 2018. Encontra-se a ser republicado com o consentimento da equipa/coletivo que a redigiu.
[1] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Licenciada en Pedagogía de la UNAM
[2] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Mtra. en Pedagogía de la UNAM
[3] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Profesor en la Facutad de Filosofía y Letras de la UNAM
[4] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Licenciada en Pedagogía de la UNAM
[5] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Doctora en Pedagogía de la UNAM
[6] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Doctorante en el Posgrado de Pedagogía de la UNAM
[7] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Doctora en Filosofía y profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM
[8] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Doctorante en el Posgrado de Estudios Latinoamericanos de la UNAM
[9] Equipo/colectivo lectura de la realidad: Licenciada en Pedagogía de la UNAM